Christa Lem (Barcelona, 1954) falleció ayer en su ciudad natal tras una larga enfermedad. Nacida en una familia de artistas de la farándula -se enorgullecía de encarnarla séptima generación-, fue la stripteaser más emblemática de los años de la transición.
Cuando trabajaba iba siempre acompañada por su madre -cantante tonadillera-, y su cuerpo ágil, casi felino, transmitía una energía especial, muy alejada del estilo al uso en la época, lo que dio en llamarse "destape". Tal vez por ello Christa Lem se convirtió en musa de intelectuales de la Barcelona de finales de los setenta. Artistas plásticos como Antoni Miralda y, especialmente, el poeta Joan Brossa coreografiaron algunos de sus espectáculos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de septiembre de 2004