La investigación en el sector textil se adapta a los nuevos tiempos y varía su estrategia hacia la mejora de los textiles técnicos. El Instituto Tecnológico del Textil, Aitex, que ha ofrecido a sus socios desde su fundación los resultados de sus estudios en materiales textiles para mejorar su resistencia al fuego o a la luz solar y ha ido implantando los procesos informáticos y el uso de los ordenadores para agilizar el proceso de elaboración de telas, prueba ahora la resistencia de las prendas a las armas de fuego y en breve analizará el comportamiento y reacción al fuego de materiales textiles destinados a la construcción.
Vicente Blanes, responsable de Aitex, explicó que con estos nuevos servicios el centro se sitúa a la vanguardia de los institutos europeos en la certificación de equipos de protección personal. "Hemos querido ampliar los servicios en este campo que, por directiva europea, son de uso obligado en ciertos trabajos que implican riesgo. Certificamos e investigamos para mejorar su calidad", agregó.
En esa dirección, la sede de la Asociación de Investigación del Sector Textil en Alcoi pondrá en marcha en un mes una galería de tiro en la que se pueden realizar ensayos y certificar la calidad de chalecos y cascos antibala, según las normas internacionales del control y acreditación de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Esta investigación, con la que se persigue mejorar las prendas que utilizan fuerzas de seguridad de todo el mundo, constituye el complemento a la iniciada para validar los equipos de protección individual frente a situaciones extremas como el mal tiempo o el frío, el calor o riesgos mecánicos.
El primer equipo adquirido por Aitex en el ámbito de la seguridad evaluaba y clasificaba chalecos de protección contra agresiones con armas blancas. "Como centro de referencia, apoyo e innovación a las empresas textiles, Aitex intenta invertir en nuevos servicios y conseguir mejoras que repercuten en nuestras empresas asociadas", concluyó Blanes.
No es fácil acceder a las cifras que mueven los textiles técnicos en el ámbito de seguridad, pero siempre ha sido negocio vestir a un ejército.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de septiembre de 2004