El párroco de Xestoso, en el municipio coruñés de Monfero, Luis Ángel Rodríguez Patiño, ya admitió hace más de tres años haber dado positivo en un control de alcoholemia de la Guardia Civil. Precisó entonces que se debió al vino de misa ingerido tras haber oficiado varios actos religiosos. El párroco solicitó a comienzos de 2001 a los responsables eclesiásticos que estudiasen soluciones al problema que se plantea a los curas que tienen que oficiar misas en distintas parroquias y para ello trasladarse en vehículo. Ahora los curas de Croacia, un país mayoritariamente católico, han pedido al Gobierno que les abonen cerca de diez millones de euros para poder contratar conductores. La razón, aducen, es que desde este verano, en concreto desde el pasado mes de agosto, el límite de concentración de alcohol en la sangre es de 0,00% para los conductores, cuando anteriomente se permitía un 0,05%, lo que equivaldría a la ingesta de dos copas de vino para una persona de unos ochenta kilos. Algunos curas tienen tantas misas al día que para no incumplir la ley necesitan a alguien que los conduzca. "Queremos cumplir la ley..., queremos chóferes privados", señaló días pasados a la BBC británica el sacerdote croata en nombre de unos 2.000 curas demandantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de septiembre de 2004