El Vectra busca la elegancia con una línea más clásica y unos ángulos más cuadrados que refuerzan su carácter. Pero tanto el diseño del frontal como el del lateral son más discretos y austeros, y la zaga resulta algo pesada. Y aunque transmite sensación de robustez, no tiene una imagen tan elaborada y deportiva como la de su rival.
Conducción: 47 puntos (1º).
Lo mejor del Opel es su nuevo motor 1.9 CDTi de 150 CV, que junto al cambio manual de seis marchas le otorga unas prestaciones claramente superiores a las del Peugeot. No resulta tan progresivo como su rival, pero responde con elasticidad a bajo régimen y después es más rápido y contundente desde 3.000 revoluciones hasta casi 5.000. Así, acelera y afronta las subidas con más brío, exige cambiar menos de marcha, tanto en ciudad como en carretera, y sobre todo responde con más poderío, algo que se agradece mucho en los adelantamientos y las recuperaciones en marchas largas.
El Vectra tiene también una estabilidad correcta y balancea menos que el Peugeot en las curvas. Pero los reglajes de las suspensiones son más enérgicos, acusan más los baches y hacen que se noten en la dirección. Y no es tan preciso en los trazados, tanto en zonas viradas como sobre todo en pisos deteriorados, porque tiene unas reacciones más nerviosas. Los frenos paran bien el peso, pero, a pesar de que el conjunto muestra una calidad de conducción correcta, es inferior a la del Peugeot, con unos mandos y un tacto general menos suaves y refinados.
Vida a bordo: 44 puntos (2º).
El diseño interior es más sencillo, con trazos rectos, un salpicadero más voluminoso y un aspecto de conjunto sólido, pero también algo austero y cuadrado en las formas. Los materiales son buenos e incluyen detalles metalizados. Pero aunque algunos plásticos muestran una calidad y tacto superiores a los del Peugeot, abusa de los tonos grises (tapicerías, paneles de las puertas...) y el conjunto resulta más frío y menos atractivo.
Al contrario que el 407, las plazas delanteras no dan tanta sensación de amplitud, pero atrás hay más espacio para las piernas, y el maletero es más grande y se puede ampliar abatiendo los respaldos. Sin embargo, aunque el Opel ofrece una insonorización correcta y una habitabilidad superior, resulta menos confortable para viajar, en parte por culpa de unos asientos duros y poco envolventes que no recogen bien el cuerpo en las curvas y también porque las suspensiones son menos progresivas. Además tiene menos huecos prácticos: bandejas pequeñas sólo en las puertas delanteras, dos posavasos y apoyabrazos con dos repisas interiores junto al freno de mano, bolsas en los respaldos, portagafas y otros dos posavasos retráctiles y apoyabrazos atrás.
Seguridad: 15 puntos (2º).
El equipo de seguridad es similar, pero incluye un airbag menos. Así, viene con seis airbags, ABS, ESP, reposacabezas delanteros activos y control de presión de ruedas. Sin embargo, el comportamiento dinámico no está tan logrado como el del Peugeot.
Economía: 25 puntos (2º).
El Vectra 2.0 CDTi Elegance cuesta 3.000 euros más que el Peugeot equivalente y, aparte del equipo de seguridad, incluye un equipamiento muy parecido: climatizador, ordenador de viaje, radiocasete y cargador de CD, sensores de lluvia y faros, cuatro elevalunas eléctricos, guantera refrigerada y los elementos habituales.
La gran baza del Opel es un consumo sorprendentemente bajo: un litro menos que el 407 en la prueba. Gasta poco más de seis litros a ritmos suaves y se mantiene alrededor de ocho en conducción rápida y tráfico urbano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de septiembre de 2004