Pregunta. Escuela de seducción. ¿Cuánto dura el curso?
Respuesta. Ay. Hay algunos a los que les toma toda una vida, eso de callarse, hablar menos y escuchar más.
P. ¿Qué es la seducción?
R. Es un estado de ánimo o un estado de gracia. Un problema de fe, de creencia.
P. En la película, usted pasa de escribir El macho castrado a Cómo conseguir que tu pareja no te abandone. ¿Se le bajan los humos?
R. A Sandra, mi personaje, no a mí. A mí ya se me han bajado hace mucho.
P. ¿Ya no hay seductores como los de antes?
R. ¿Quién ha dicho eso?
P. ¿Qué armas la desarman?
R. El humor.
P. ¿Cómo ve hoy a los hombres?
R. Flou. Los veo flou [borroso]. Estoy perdiendo vista, pero ganando mucho de orejas. Por tanto, les encuentro muy favorecidos, como a las artistas de Hollywood, a las que el operador siempre dejaba a medio punto fuera foco, lo cual borraba las arrugas. Los veo más guapos.
P. ¿Es la mejor actriz española?
R. La mejor, no. Soy, probablemente, una de las más veteranas, o de las más conocidas.
P. Demuestre de qué lado del Bidasoa se encuentra: ¿caña y bocata de calamares o foie con champán?
R. Uy, las dos, mi general. Choisir c'est renoncer, elegir es renunciar.
P. ¿Por qué tiene fama de borde y especialita?
R. Porque siempre me he rebelado ante el robo y el hurto. Y yo soy de naturaleza generosa. Prefiero dar para que no me quiten.
P. ¿Usted qué es más: chica Almodóvar o chica Aranda?
R. Por orden de aparición, sería Aranda Almodóvar.
P. ¿A cuál de ellos tiene preferentemente en sus oraciones?
R. Ni a uno ni a otro, porque no rezo. Y además, nunca ha funcionado eso de dirigir oraciones ni llamadas de teléfono a nadie para que te quiera.
PERFIL
Con 45 años y dos hijos, acaba de estrenar 'Escuela de seducción', un filme de Javier Balaguer en el que a su personaje le sale el tiro por la culata. Dice que entre ser madre, amante, vivir la vida y viajar se le pasa el tiempo, porque va del trabajo a la familia sin solución de continuidad. Amenaza en serio con ser cantante
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de septiembre de 2004