Pasqual Maragall demostró ayer una vez más su capacidad de sorprender a propios y extraños y pidió a los cerca de 30.000 asistentes a la Fiesta de la Rosa celebrada por su partido en Gavà que dedicaran sendos aplausos a otros dos "grandes partidos", el PP y CiU. El líder socialista y presidente de la Generalitat explicó a sus sorprendidos oyentes, afiliados y simpatizantes del PSC, que el concurso del PP es necesario para que lleguen a buen puerto las reformas del Estatut y de la Constitución, y por lo tanto le pidió que haga sus aportaciones "con generosidad e inteligencia" y "haga honor a su condición de partido democrático y catalán". A CiU le pidió que "no ponga palos en las ruedas".
Los socialistas acudieron ayer a su 15ª fiesta anual en la Pineda de Gavà con más entusiasmo que nunca, satisfechos por haber alcanzado el Gobierno de la Generalitat y el de España en las últimas elecciones. A la presentadora de los discursos, Manuela de Madre, se le escapó decirlo en voz alta. "¿Quién iba a decírnoslo hace un año?", preguntó retóricamente.
El próximo objetivo electoral de los socialistas es lograr que triunfe el sí en el referéndum de la Constitución europea previsto para febrero. El primer secretario del PSC, José Montilla, convocó a todos los militantes y simpatizantes a dar esta batalla con el mismo ardor con que se han librado las últimas. Destacó que el PSC "es optimista y quiere ver la botella medio llena", frente a los partidos que están presentándola como medio vacía. Rechazar esta Constitución sería "volver atrás", retornar al Tratado de Niza, y cerrar las expectativas y posibilidades que ahora se abren para la integración europea.
Entre estas expectativas, afirmó Montilla, se cuenta la posibilidad del reconocimiento del catalán en la Unión Europea. Precisamente por esta razón "no se entiende", agregó, la decisión de CiU de proponer el voto negativo en el referéndum de la Constitución europea. "Esto es una nueva prueba de la desorientación de CiU y de su pérdida de centralidad política", dijo. Después de haber aceptado todos los tratados europeos en los que no se habla para nada del catalán, "ahora se han vuelto intransigentes".
Maragall aseguró a los militantes y simpatizantes socialistas que su objetivo sigue siendo lograr la mejora de la escuela, la sanidad, la calidad de vida en los barrios, la oferta de vivienda digna. Se enorgulleció de que Cataluña tenga ahora "un Gobierno neutral" en los medios de comunicación públicos, en los que "salen más los partidos pequeños que los grandes".
Todo esto sin olvidar que se halla empeñado en el reto de la reforma del Estatut d'Autonomia y de la Constitución. Ahí fue donde sorprendió a la audiencia. La reforma de estas normas no puede hacerse sin la participación de la oposición, explicó. Por esto pidió un aplauso para el PP, confiando, dijo, en que "se hará digno de la confianza del pueblo", hará sus aportaciones "con generosidad e inteligencia" y sabrá estar "a la altura de las circunstancias".
Pidió a continuación también un aplauso para CiU -"este gran partido que nos ha gobernado durante 23 años", dijo-. "Confío en que no pondrá palos en las ruedas" para la reforma del Estatut y que se guiará "más por el bien de Cataluña que por el bien de su partido".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de septiembre de 2004