Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Tribuna:DESDE MI SILLÍN | VUELTA 2004 | Decimoquinta etapa

De excursión

Según he cruzado la línea de meta de Sierra Nevada han venido a mí los informadores -más conocidos como los periodistas-. Bueno, en realidad sólo ha sido uno, aunque decirlo en plural me sube la autoestima. Bueno, haciendo honor a la verdad era Carlos Arribas, quizá más en el papel de compañero de página y lector que en el de informador. Ha mirado en el marcador el tiempo que he perdido (10 minutos y pico con respecto a Vinokourov que me ha pasado a 2 kilómetros de la meta) y me ha dicho con ironía: 'no ves, no estás vendido, lo que estás es comprado'. Hombre, tampoco es eso, pero bueno, mientras descanso ahora en la habitación del hotel viendo cómo se retuercen los corredores en los últimos kilómetros de la subida, pienso que no estoy ni vendido ni comprado, lo que estoy es cansado. No voy a exagerar, que tampoco es que me haya exprimido a fondo, pero un poco reventado sí que estoy. Ahora toca esperar un rato a que terminen de correr todos esos fenómenos (yo es que les veo a ellos en la tele después de haber pasado a la mitad de velocidad por los mismos sitios, y me digo que ésos no son los mismos que corren conmigo todos los días). Luego nos montaremos todos en cuatro o cinco autobuses y nos dirigiremos rumbo al aeropuerto de Granada con el gracioso de turno al micrófono con las consignas habituales, a saber, o la de "el señor conductor no acelera", o "para ser conductor de primera", o algún top hit autobusero que seguramente desconozca. Después nos dividiremos en dos o tres grupos para repartirnos las plazas de los aviones que nos llevarán nadie sabe dónde, se supone que a algún punto indeterminado de Extremadura en el que haya una pista de aterrizaje. Lo único que sabemos es que dormiremos en Badajoz, donde nos espera el esperado segundo día de descanso. Menos mal. Así que me despido hasta pasado mañana, que ahora me voy de excursión. Confieso que hoy no tengo el día inspirado, que estoy un poco agotado, y que me están diciendo por aquí detrás: 'venga, deja ya el ordenador que tenemos que ir para el autobús'. Que descansen, y estén seguros de que yo lo haré.

Pedro Horrillo es corredor del Quick Step.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de septiembre de 2004