Pepe Torres, bailaor de Morón de la Frontera (Sevilla), sólo tiene 26 años, pero sobre el escenario le cae la herencia de los Torres Amaya y se convierte en el representante de toda una dinastía flamenca que enarbola la pureza por bandera. La organización de la Bienal de Flamenco le propuso realizar tres representaciones del recital flamenco Así baila Morón y Pepe Torres se quedó pasmado cuando supo que una de ellas sería entre rejas, en el Centro Penitenciario Sevilla-2.
"Al principio me chocó, pero después me di cuenta de lo importante que es darle arte a esas personas", precisa el bailaor.
"Cuando bailo me gusta transmitir sentimientos, huyo de lo técnico y de lo hermético. Sigo una estética más tradicional", apuntaba ayer el artista que subirá esta tarde a un escenario instalado en el campo de deportes de la Unidad de Cumplimiento.
Pepe Torres, que comenzó a bailar profesionalmente a los 11 años y es discípulo de Farruco, Rafael el Negro y Manolo Marín, cree que su pueblo tiene una forma especial de bailar.
"Bailaores de distintas generaciones como mi tío Andorrano, Anzonini o Pepe Ríos han marcado un estilo en el baile de Morón. En mi generación, con gente como Juana Amaya o Juan de Juan, cada uno pone de su cosecha, pero hay algo que nos unifica", afirma.
Así baila Morón, en el que también intervienen Rosario Amador, Tania de Joselero y Enrique el Extremeño, se ofrece dentro del ciclo Bienal solidaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de septiembre de 2004