La pequeña localidad de Fortaleny, en la Ribera Baixa, se quedó ayer pequeña para dar el último adiós al policía local de Sueca Tomás Catalán Simó, de 36 años. El agente, abatido el pasado sábado en Sueca por Felicísimo Maidé, de 41 años, en tratamiento psiquiátrico y en posesión de la licencia de armas para caza mayor, fue enterrado en la tarde de ayer en Fortaleny, su pueblo natal. El sepelio se convirtió en una respetuosa manifestación de reconocimiento del agente. Los aplausos y las lágrimas de unas 2.000 personas, entre vecinos, amigos y representantes del Gobierno, la Generalitat y los dos ayuntamientos se confundieron en un emotivo acto. Mientras, el presunto asesino declarará esta tarde ante el juez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de septiembre de 2004