Transcurrido más de un año de gestión del nuevo equipo del Ayuntamiento de Madrid, municipio en el que resido, quiero manifestar mi absoluta disconformidad con la misma.
La buena gestión municipal debe manifestarse no solamente en los anuncios de grandes proyectos de infraestructura, sino también en el buen funcionamiento de todos los servicios públicos, cuya incidencia en la vida ciudadana resulta evidente; y es aquí donde yo creo que las cosas siguen igual. Sin alargarme demasiado me voy a referir, como muestra, a algunos casos que conozco como ciudadano que se mueve a diario por la ciudad en medios de transporte público.
En primer lugar, continúa -al parecer sin solución- la realización de obras y zanjas en la vía pública sin ninguna coordinación entre las distintas empresas responsables de los servicios. Es éste el caso del barrio donde vivo (Parque de las Avenidas), donde desde hace unos días la apertura de nuevas zanjas nos viene atormentando, incluso en sábado por la tarde. ¿Es tan complicado que, de una vez, se plantee la construcción de galerías de servicios para evitar el caos y descoordinación actual?
Otro ejemplo, quizá más llamativo, tiene que ver con el funcionamiento de los servicios de mantenimiento y reparación de averías. Desde hace ya más de dos meses existe una pérdida de agua en un lugar tan céntrico como es el paseo de la Castellana, esquina a la plaza de San Juan de la Cruz, que está produciendo un encharcamiento de la acera, sin que los servicios municipales ni los del Canal de Isabel II, a los que me he dirigido en más de una ocasión, hayan reparado la avería. Ni que decir tiene que me resulta desmoralizador, como ciudadano preocupado por la "cosa pública", la desidia y despreocupación imperante en quien tiene la obligación de cuidar de que los servicios funcionen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de septiembre de 2004