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Crítica:LIBROS

Ensoñación

Gabriel Insausti (San Sebastián, 1969) publicó un primer libro de poemas con cierto regusto horaciano: Ultimos días en Sabinia. Ahora da a la imprenta Destiempo, un libro con claros componentes de la estética de lo que se ha dado en llamar poesía de la experiencia.

Muchas de las características de esa estética pueden encontrarse en el libro: la creación de una primer persona que habla al lector, la voz concedida a los personajes históricos que nos hablan de su experiencia, el monólogo, la búsqueda de la nostalgia de la infancia, la reflexión sobre el paso del tiempo, la métrica empleada y la creación de espacios personales tan gratos a la memoria, esa casa, ese balcón desde el que se reflexiona sobre el pasado, las lecturas: Machado y Cernuda, y referencias literarias, como ese café Olivier, sede de uno de los grupos poéticos más activos en Asturias.

Destiempo se presenta así como un libro de gozosa lectura, pero a la vez, que remite a un camino de creación poética que es conocido y reconocible. El libro de Gabriel Insausti apunta a una cierta ironía: llega a destiempo, quizás. Pero no por eso agota los significados del título. Busca todo lo que la poesía de la experiencia pedía: un mundo más allá de este mundo, en claro recuerdo romántico e idealista. El poeta se sitúa a destiempo, fuera del tiempo para recrear un mundo perdido y llegar a éste para constatar, desde la ensoñación la pérdida de las ilusiones. El destiempo del poeta quiere la creación de un mundo comprensible: "Quizá las horas son letras/ de un tácito abecedario/ y en ellas alguien escribe/ oscuros significados".

Gabriel Insausti: Destiempo. Renacimiento. Sevilla. 2004. 78 páginas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de septiembre de 2004