Las declaraciones de la consejera de Bienestar Social sobre el nuevo proyecto para la inmigración realizado por el Gobierno dan una idea de lo fácil que es mentir desde un cargo público, sobre todo si el objetivo es crispar a la sociedad contra sus gobernantes. Dice esta buena señora que el auténtico objetivo de este proyecto es conseguir votantes, sí, los malvados socialistas tienen miedo de qué los auténticos españoles les den la espalda y promueven la inmigración legal, ilegal y fuera de juego, todo con tal de obtener votantes agradecidos. Muy señora mía, lo primero es que la inmigración que recibimos, la más masiva, no proviene de países con los que tengamos ningún tratado de reciprocidad para que voten unos aquí y los nuestros allí, lo cual sería un beneficio para los derechos de los españoles que viven fuera, en todo caso. Hoy día solo tienen derecho a votar, y únicamente en las municipales, ni autonómicas ni generales, los ciudadanos de la Unión Europea. Así que su afirmación ponzoñosa y hecha para engañar debería de no haber sido hecha nunca. Pero ahora, hecha, retírela si es que cree, cosa que dudo, en la ética del buen gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de septiembre de 2004