Un seísmo de 4,1 grados en la escala de Richter sacudió en la tarde de ayer buena parte de Cataluña. El terremoto, que tuvo su epicentro a una profundidad de diez kilómetros en la comarca gerundense del Ripollés, se inició a las 17.48 y duró apenas 1,2 segundos, aunque le siguieron varias réplicas de menor intensidad. El temblor se notó en toda Barcelona y Girona, según informó el Instituto Cartográfico de Cataluña. El Instituto Geográfico Nacional, por su parte, elevó a 4,2 la intensidad.
El terremoto no causó daños personales, según informó el servicio de Emergencias de Cataluña, a pesar de haber sido ampliamente percibido por la ciudadanía. Los servicios de emergencia recibieron 140 llamadas tras el temblor, que sólo se tradujeron en dos salidas de los bomberos, por la caída de rocas en una carretera en Ribes de Fresser y una grieta en la cornisa del Ayuntamiento de Queralbs (ambas en Girona).
Este es el quinto seísmo de más de tres grados que padece Cataluña en los últimos nueve meses. Hasta ayer, el más fuerte era el registrado el 1 de junio, de 3,5 grados y epicentro en Vidrà (Barcelona).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de septiembre de 2004