Cuando el príncipe Joaquin de Dinamarca fue preguntado por el periodista Anders Sundling, de la revista Se og Hör (Ver y Oír), sobre si seguía bebiendo tanto como antes, reaccionó con violencia y según testigos le golpeó con el puño en el pecho. Era el primer encuentro de Joaquin con la prensa, el martes en Arnå, Jylland, donde iba a inaugurar una instalación hidráulica, y su presencia había motivado una elevada presencia de la prensa local e internacional. Las primeras palabras fueron para referirse al "difícil periodo" que él y su familia estaban pasando con la ruptura del matrimonio, en el que se habían "sentido apoyados por los más cercanos", a los que estaba "muy agradecido". Estos comentarios encontraron un eco comprensivo entre los asistentes, pero cuando el representante de Ver y Oír le formuló la pregunta fatal, Joaquin perdió el control y se produjo el tumulto. La intervención de sus custodias puso fin al incidente, pero no a los comentarios posteriores. La psicóloga Eva Rusz Malmberg, experta en relaciones de pareja, explicó la reacción aludiendo al estado emocional en que queda una persona como consecuencia de un divorcio. "Peor todavía si se trata de una persona pública", dijo, agregando que "Joaquin puede tener ese tipo de reacciones violentas en cualquier momento", por lo que considera que la casa real debería eximirlo de cumplir deberes oficiales, al menos por un tiempo. El mismo día el príncipe había tenido una actividad diferente, cuando, junto con la princesa Alexandra, acompañó al hijo mayor de la pareja, Nicolai, a su estreno como escolar.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de septiembre de 2004