El grupo automovilístico General Motors acelerará los planes de ajuste en sus plantas europeas, según adelantó el jefe de esta división, Fritz Henderson, en conversación con varios periódicos británicos. "En 2005, necesito de un significativo impacto [en la cuenta de resultados]. En los próximos 60 días tendremos que contar con un plan", sostuvo el presidente de General Motors Europe. Entre las medidas que se podrían tomar está el cierre de una planta, aunque portavoces de la compañía desmintieran que el grupo pretenda recortar 3.000 empleos, tal y como publicó el Daily Telegraph.
Las declaraciones de Henderson suponen una nueva vuelta de tuerca en una reestructuración que se viene preparando desde hace meses y que se suma al ya acordado plan de saneamiento Olympia. Hace tres semanas, General Motors Europe anunció que, a partir de 2008, concentrará en una sola planta la producción de la futura gama media de Opel (el modelo Vectra) y de Saab (el 9-3). Aunque General Motors esto nunca lo dijera explícitamente, semejante reorganización conllevaría el cierre ya sea de la planta alemana de Rüsselsheim o de la sueca de Trollhattan, según observadores del sector.
Hasta 2008, sin embargo, aún faltan cuatro años, demasiado, según parece pensar ahora Henderson. "No nos podemos dar el lujo de dejar pasar el tiempo", dijo. En las declaraciones a los periódicos británicos el directivo admitió que "la capacidad de generar beneficios" de General Motors Europe "se ha quedado corta" y calificó de "increíblemente difícil" recuperar cuotas de mercado en Europa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de septiembre de 2004