Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El primer banco hipotecario de EE UU, investigado por fraude contable

Fannie Mae, el primer banco hipotecario de Estados Unidos, acaba de entrar en la lista de entidades manchadas por las irregularidades contables. Su Consejo de Administración reconoció que manipuló los resultados. Motivo suficiente para que la comisión del mercado de valores estadounidense (SEC) anunciara ayer la apertura de una investigación para determinar el alcance de las irregularidades.

Las autoridades reguladoras estadounidenses empezaron a investigar los borrones contables en Fannie Mae a comienzos de año, a raíz de las irregularidades destapadas en la entidad hermana Freddie Mac el año pasado. Los dos grupos financieros, que operan como una especie de caja de ahorros, son compañías que tienen un estatuto establecido por el Congreso de EE UU, pero que, al cotizar en Bolsa, se les puede considerar como compañías privadas. Los activos que manejan ascienden a 7,8 billones de dólares.

Las evidencias encontradas ponen de manifiesto deficiencias y violaciones en la contabilidad de Fannie Mae. El resultado de la investigación fue presentado el pasado lunes al consejo de la entidad, que reconoció la falta. Entre los problemas detectados, las autoridades destacan la manipulación de sus reservas, desvíos en el gasto para poder alcanzar los objetivos de beneficios y deficientes controles internos.

La SEC anunció ayer la apertura de su propia investigación, aunque de momento tendrá un carácter "informal". La ejecutiva del banco tiene intención de lanzar su propia investigación para aclarar lo que califica de "prácticas contables inapropiadas". "Los problemas destapados son serios y plantean dudas sobre los últimos resultados financieros", reconoció Ann Korologos, directivo de la empresa. "Nos tomamos muy en serio el informe y vamos a trabajar con las autoridades reguladoras para resolver la cuestión", afirmó Fannie Mae en un comunicado.

Por su parte, Computer Associates llegó ayer a un acuerdo con las autoridades judiciales estadounidenses por el que pagará 400 millones de dólares para zanjar el expediente por fraude contable, al inflar su cuenta de resultados en más de 2.200 millones de dólares.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de septiembre de 2004