Hace unos meses el Ayuntamiento tuvo el coraje de cerrar el tráfico rodado por la Casa de Campo debido al excesivo trafico de prostitución, proxenetas y posibles clientes anunciándolo a bombo y platillo. Anteriormente la Casa de Campo tenía dos zonas diferenciadas. Una zona para el ejercicio de la prostitución con la mirada complaciente del Excelentísimo y otra compartida con familias vecinas y visitantes. Al cerrar la zona dedicada a la prostitución han desviado todo el tráfico a una sola zona (abierta las 24 horas del día), con lo cual prostitutas, proxenetas, clientes, mirones, papás, niños, abuelos, vecinos visitantes y condones, klinex, papel higiénico, bolsas de ropa y alguna que otra braga olvidada supongo, compartimos en excelente armonía, e impartimos clases de sexología y de anatomía a nuestros atónitos hijos, que por la edad todo les llama la atención.
¿No hay nadie en el Excelentísimo Ayuntamiento que no esté dedicado exclusivamente a la faraónica obra de la M-30 o en la ampliación de la zona SER?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de septiembre de 2004