Lluís Martínez Sistach aprovechó la primera misa de la Mercè que oficiaba como obispo de Barcelona para denunciar "el proceso progresivo de descristianización". A su juicio, sólo el cristianismo puede "superar los peligros del irracionalismo y del nihilismo". Explicó que la laicidad debería limitarse a separar la esfera civil y política de la religiosa, pero no de la moral. El prelado criticó actitudes de laicismo en Cataluña, que a diferencia de la laicidad, "margina al cristianismo" y niega su relevancia política y cultural.
Esta homilia la pronunció ante el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, el del Parlament, Ernest Benach, y los integrantes del tripartito laicista que gobierna el Ayuntamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de septiembre de 2004