He recibido, con profundo estupor, la noticia de que el servicio de autobús de Bilbao al campus de la UPV-EHU de Leioa que pasa por el Arenal ha sido prácticamente suprimido, quedando muy mermado y sin servicio por las tardes. Desde que la Diputación se hizo cargo del servicio, aun sin ser éste fabuloso, hemos ido subiendo y bajando de la Universidad sin grandes sobresaltos. Ahora, sorprendentemente, deciden desbaratarlo.
Dado que, según afirman nuestras autoridades y nosotros mismos, el futuro del País Vasco depende de la educación y de la formación continua, la supresión de comunicaciones con la Universidad no parece obrar a su favor. Son muchos los estudiantes y somos muchos los profesores y personal de administración y servicios que viajamos en los autobuses, además de las decenas de alumnos y profesores de otros rincones del mundo que cada año acuden a nuestras aulas y se encuentran con una ciudad poco operativa en lo que a comunicaciones se refiere. Si de lo que se trata es de impulsar el transporte público y facilitar el acceso de todos los que lo deseen a la Universidad, éste no es, sin duda, el método más correcto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de septiembre de 2004