Gracias, Elías Querejeta. Gracias, Eterio Ortega. Por vuestra sensibilidad, por vuestra exquisita delicadeza al mostrar el sufrimiento ajeno, por vuestra humanidad, por no mirar a otro lado. Gracias Patxi Elola y José Luis Vela, concejales en quienes se personifica la situación de acoso y persecución por parte de ETA y su entorno de miles de ciudadanos en el País Vasco y Navarra. Gracias a vuestras familias y amigos, que os quieren y arropan. Gracias a quienes os protejen aún con riesgo de su propia vida. Por vuestra firmeza democrática, por defender el todos y no el nosotros, por mirar de frente y no esconder la cabeza.
Sois el recuerdo permanente del déficit democrático que hay en este país, con la oposición política escoltada por una permanente condena a muerte y la amenaza extendida a colectivos de todo tipo.
Para vergüenza de esta ombliguista y satisfecha sociedad, en la que parece primar el paisaje brumoso e idílico por encima de la libertad de su ciudadanía.
Vean la película Perseguidos. Vale la pena. Y también, cuando se encuentren con alguna persona amenazada o con algún familiar suyo, acérquense y dénle un abrazo. Lo merecen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de septiembre de 2004