En la esquina de las calles de Ferraz y Altamirano hay un edificio que es igualito, pero en pequeño, a ese otro que está en Pirámides y que el Ayuntamiento de Madrid quiere derribar para crear una "alfombra vegetal". Pues este edificio de la calle de Ferraz tiene los ladrillos lustrados y cubiertos, supongo, con algún tipo de barniz que resalta el contraste del ladrillo con las juntas, creando una textura que invita a perder la vista en su contemplación.
Los elaborados relieves en los forjados, en los dinteles de puertas y ventanas, en la esquina y en cualquier otro elemento arquitectónico sirven para el lucimiento de maestros albañiles que aún sentían el orgullo por los trabajos bien hechos.
Las maderas de puertas y ventanas están lustrosas y bien conservadas, al igual que los herrajes de la fachada, incluida la barandilla que rodea el tejado y que instalaban en previsión de un resbalón y posterior caída del deshollinador o de cualquier otro habitual de los tejados de Madrid.
La casa presenta un estado de conservación impecable. Da gusto mirarla. Estoy seguro de que sus habitantes son herederos del orgullo que antes fue de sus albañiles. Pues la casa de Pirámides es igual, pero más grande y peor conservada. Hasta es posible que la construyeran los mismos hombres de lo que se parecen ambas.
Tanto esmero para que después de 100 años vengan a tapiarte ventanas, puertas y, al poco, te derriben ignominiosamente los mismos que construyen casas que no son capaces de tenerse en pie ellas solitas.
"El Supremo obliga al Ivima a reparar (22 años después) 750 casas mal construidas en un barrio de Aranjuez", El País Madrid, 24 de febrero de 2003. Si no eres capaz de mejorarlo, déjalo como está.
En algún momento desapareció la imprenta donde se editó el primer Don Quijote, las tabernas que frecuentaban Lope de Vega, Quevedo, Velázquez..., sus viviendas. Desaparecen árboles, fuentes, se cubren ruinas arqueológicas... Alfombra vegetal... ¿se creen estos que nos hemos caído de un nido?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de septiembre de 2004