La Junta Directiva Regional del PP bendijo ayer en una reunión de sólo diez minutos las normas que regirán el congreso de los populares valencianos, previsto para los días 20 y 21 de noviembre. Las condiciones, pactadas por el presidente del partido, Francisco Camps, con el secretario regional y principal referente del zaplanismo, José Joaquín Ripoll, se cerraron sólo horas antes del congreso nacional del PP en el que tanto el jefe del Consell como el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, volverán a medir su influencia en el partido.
El acuerdo se ciñe sólo a los criterios de organización del congreso del PP de la Comunidad Valenciana que tendrá lugar en la ciudad de Castellón los días 20 y 21 de noviembre. Así, tanto campistas como zaplanistas han optado por acudir a un congreso con un elevado número de compromisarios: un total de 640. Cinco veces el número de la amplia Junta Directiva Regional y el máximo que permiten los estatutos del Partido Popular. El reparto de delegados adscribe 263 a la provincia de Valencia, 261 a la de Alicante y 116 a la de Castellón. De esa cifra, las juventudes de Nuevas Generaciones ocuparán 12 puestos por la provincia de Valencia, 10 en la de Alicante y 7 en la de Castellón.
La elección de los compromisarios para el congreso regional del PP se celebrará el próximo 25 de octubre. Tanto campistas como zaplanistas consideran que el elevado número de compromisarios juega a su favor, aunque fuentes del PP indicaron que si no hay una clara predisposición a acuerdos previos el nivel de confrontación de listas puede ser superior al registrado en la designación de delegados al congreso nacional del PP que se inicia este viernes en Madrid.
Francisco Camps, al término de la reunión, reiteró que presentará su candidatura a la presidencia del partido pero se negó a apostar por la continuidad de José Joaquín Ripoll al frente de la secretaría regional del PP. La insistencia en las preguntas sobre si Ripoll entraría en su candidatura a la presidencia disgustaron a Francisco Camps, que finalmente argumentó su negativa a pronunciarse en la necesidad de escuchar antes a las bases del partido. Unas bases en las que se piensa volcar en los próximos dos meses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de septiembre de 2004