Hace algo más de un año, el entonces ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana -que ayer presentó la iniciativa parlamentaria para regular las uniones civiles estables- calificó de "folclórico" y "esperpéntico" el hecho de que tres parejas (dos de gays y una de lesbianas, todas ellas con más de siete años de convivencia) formalizaran una petición en los registros civiles de Madrid y Valencia para casarse.
Durante los ocho años que el Partido Popular estuvo en el Gobierno, rechazó decenas de iniciativas para regular en España las parejas de hecho o los matrimonios homosexuales. Sistemáticamente, decía no a las pensiones de viudedad para las parejas de hecho, no a la equiparación de sus relaciones con el matrimonio, y no a la adopción conjunta para las uniones de gays o lesbianas. Los populares sostenían que no existía necesidad objetiva para regular el matrimonio entre gays y que no hacerlo no significaba una discriminación.
Sobre las adopciones, el Partido Popular siempre ha dicho lo mismo: que debe estar restringida a una sola persona (cualquiera que sea su sexo) o a parejas de hombre y mujer, unidas en matrimonio o de forma permanente por relación de afectividad análoga a la conyugal. Con ello deja fuera la adopción conjunta por las parejas de gays y lesbianas, una de las reivindicaciones más persistentes de las asociaciones de homosexuales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de septiembre de 2004