Como antiguo embajador de España en Libia, no puedo menos de estar de acuerdo con su editorial sobre el nuevo perfil de Libia, aunque ninguna indemnización resucitará a los centenares de inocentes que murieron en Berlín, en Escocia o sobre el Sáhara.
El coronel Gaddafi, asentado más de 35 años sobre un tesoro de petróleo y gas, está dando felizmente pruebas de moderación y sensatez. A ello puede contribuir una visita del presidente Zapatero, aunque, al animarle a ella, sea lamentable y sin duda deliberado su "olvido" de que fue el presidente Aznar el primero en visitar al presidente Gaddafi entre los jefes de Gobierno de la Unión Europea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de octubre de 2004