Soledad Becerril es senadora del PP por Sevilla. Estuvo en la comisión que aprobó el Estatuto de Autonomía.
1. La deuda se incluyó porque se discutió cómo obtener recursos en medio de una gran crisis económica, con una población activa agrícola muy alta, en momentos de reconversiones industriales, con muy alto desempleo. Se habló mucho de lo que se había apoyado, durante el régimen anterior, la industria de Cataluña y País Vasco y se pensó en unas vías extraordinarias de financiación.
2. La prestación de servicios en Andalucía es inferior en calidad y cantidad, en su mayoría, a los de otras comunidades autónomas, pero a esta situación no son ajenos los gobiernos andaluces. Tras 23 años de autogobierno no se puede culpar de nuestros males a otros. Los responsables somos nosotros. Por este camino de mala gestión y administración siempre habrá diferencias que se podrán achacar a otros o al pasado.
Es de justicia reconocer y subrayar que este concepto de deuda histórica sólo ha sido reconocido, en parte, por los gobiernos de Aznar, que incluyeron en los presupuestos 20.000 millones de pesetas como aportación para compensar déficits. El partido socialista no ha incluido ninguna partida, para este concepto, a lo largo de los años.
3. Se pueden cuantificar déficits o diferencias en servicios, por ejemplo en sanidad, educación, vivienda... con la media de las comunidades. En la prevista reforma del Estatuto se debe hablar de estas "fuentes excepcionales de financiación" que deberían ser analizadas en la Comisión Mixta Estado-Andalucía, pero sin dejar de mencionar el esfuerzo que debe realizar la propia comunidad autónoma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de octubre de 2004