La detención del máximo dirigente de ETA, Mikel Albizu Iriarte, Mikel Antza, y de su compañera Soledad Iparragirre, Anboto, desató ayer una cascada de reacciones en el País Vasco; todas ellas iban cargadas de esperanza y de optimismo sobre el fin de la violencia terrorista.
La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, declaró que tras estas detenciones, que calificó de "buena noticia" por cuanto permiten evitar la comisión de atentados, ETA "tiene una oportunidad inmejorable para desaparecer, abandonar las armas y dejar abierto el camino de la palabra y de la democracia" y responder así "a la exigencia unánime y repetida una y mil veces por la sociedad que desea decidir en paz y libertad".
Desde el PNV, la secretaria de la ejecutiva del partido, Josune Ariztondo, indicó que la operación policial desarrollada en el suroeste de Francia puede suponer "un paso muy importante para acelerar el final de la violencia en Euskadi". En opinión de esta dirigente nacionalista, la banda criminal "no tiene ni lugar ni espacio" en la sociedad vasca, y reclamó el cese de la "intolerancia, el chantaje y la venganza" para alcanzar la normalización "de la convivencia en Euskadi". La actuación debe servir, en opinión de Ariztondo, para "convencer a la organización terrorista de que debe desaparecer".
En la misma línea se manifestaron otros dirigentes del partido, como Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso, que declaró que en la medida en que la violencia deja de ser una amenaza para los ciudadanos, "esta presión policial es excelente para la salud de la democracia". Pero también advirtió de que "las informaciones policiales hablan de que en este momento todavía hay cantera suficiente como para que tenga lugar una cierta reposición de efectivos".
La secretaria de comunicación de Eusko Alkartasuna (EA), Onintza Lasa, tras felicitarse por la operación policial, hizo un llamamiento a los partidos políticos para resolver "el conflicto" por las "vías pacíficas y democráticas, porque ningún método violento y de vulneración de los derechos humanos consigue absolutamente nada". Lasa pidió también la "desaparición inmediata y definitiva" de la banda terrorista, "que es lo que comunica de forma reiterada la sociedad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de octubre de 2004