Soy la nieta de uno de los centenares de hombres que durante la Guerra Civil estuvieron presos en el campo de concentración de San Marcos (León), lugar en el que hoy en día se encuentra el Parador Nacional de Turismo. Mi abuelo, Ramon Bisart Morancho, natural de Alfarràs, un pueblo de la provincia de Lleida, estuvo preso por su afiliación al sindicato CNT.
No sabemos exactamente por cuánto tiempo (hace más de 30 años que falleció), pero estamos seguros de que sí que estuvo allí porque él nos explicó (primero a mi abuela y luego a mi madre) todo lo que, desafortunadamente, vivió. La Generalitat de Catalunya, a la que hemos solicitado una indemnización, según ha establecido recientemente la ley, nos la ha denegado en diversas ocasiones porque, según nos dicen, el nombre de mi abuelo no consta en ningún registro. En estas cartas que nos remite la Generalitat nos emplaza a que presentemos pruebas fehacientes de su estancia en el campo de concentración, pero, a pesar de haber buscado cartas, fotografías, no hemos encontrado nada.
Disponemos tan solo del testimonio de mi abuela, su esposa, que, con 86 años de edad, tiene este hecho grabado en su memoria. Hago un llamamiento a cualquier persona o institución que pueda ofrecerme datos, información o referencias que me ayuden a demostrarlo. Mi abuelo, como tantos otros hombres, creía en la libertad. Su familia quiere creer en que se haga justicia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de octubre de 2004