Varias familias de inmigrantes ecuatorianos cuyos hijos estudian en el Instituto de Educación Secundaria (IES) de Orriols, en la calle de Santiago Rosiñol, en Valencia, han denunciado en distintas ocasiones amenazas y agresiones a sus hijos supuestamente protagonizadas por una banda de al menos 20 jóvenes entre los que habría ex estudiantes del mismo centro. Delia Reyes, madre de dos hijos que cursan estudios en el centro, presentó la primera denuncia en 2002 y desde entonces lo ha hecho en otras dos ocasiones. "A mis hijos les han amenazado, insultado, acorralado y pegado al salir del colegio", se queja. Los niños corroboran ese relato. Y Mercedes Ruales, madre de un niño que fue agredido el miércoles de la pasada semana, añade que "desde dentro del colegio se citan un grupo de chicos, se juntan frente a la salida y los atemorizan diciéndoles cosas como que los van a rajar". Madres y padres de niños ecuatorianos y peruanos -el centro tiene un 25% de alumnado inmigrante- expresaban ayer su preocupación por una convivencia "peligrosa para nuestros hijos porque quienes les pegan están perfectamente identificados pero la policía no hace nada". Algunas de sus denuncias han ido acompañadas de partes médicos que recogen las supuestas lesiones y en algún caso se verá el juicio en breve. "No puede ser que a chicos de 15 y 16 años los tengamos que venir a buscar como si fueran pequeños o que a nosotros mismos nos amenacen cuando nos ven por la calle, como me ha ocurrido a mí", afirma Delia.
La directora del colegio precisaba ayer que en el centro existen los problemas de convivencia normales y que no ha habido agresiones en el interior del centro. Reconoce que sabe de la existencia de peleas fuera de clase en las que parece que estarían implicados algunos ex alumnos. Como máxima responsable del centro solicitó sin éxito a principio de curso a Rita Barberá una mayor presencia de efectivos de Policía Local en la zona a la salida y entrada de clase para prevenir enfrentamientos. La tensión por los episodios de choque entre jóvenes sí ha hecho que la Policía Nacional, como ocurrió ayer, haga visible alguna patrulla a la puerta del centro. Algunos profesores señalaron ayer que la integración en clase no es fácil. Desde la dirección se asegura que son varias las acciones tendentes a favorecer la convivencia, la comunicación y la participación de los padres. También rechaza la dirección la práctica de actitudes racistas. Los padres afectados hablan de "alto riesgo" y de "urgencia de medidas de protección".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 2004