John Calahan, alcalde de Bethlehem, de 35 años de edad, explica que el cierre de las factorías dedicadas a la producción de acero fue muy duro para la ciudad de 72.500 habitantes que ahora gobierna.
Dice que con esfuerzo esos 30.000 empleos que se destruyeron se han ido recolocando. "La era del acero se acabó. Ahora estamos en una fase de transición hacia algo diferente, más diversificado, enfocado en la tecnología, la medicina y la educación, para no depender de una sola industria". "Estamos capeando el temporal", afirma. Su objetivo como alcalde es "crear puestos de trabajo bien pagados que ayuden a mantener a las familias".
Pero Calahan echa en falta un mayor apoyo financiero y legislativo de la Casa Blanca en su empeño por hacer "renacer" este tipo de zonas industriales deprimidas. "Bush no está haciendo lo suficiente y no está llevando a este país por la buena dirección".
Este alcalde lamenta que los jóvenes no vean en los políticos la vía para solucionar sus problemas y les miren con incredulidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de octubre de 2004