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La última travesía del viejo lobo de mar

"Es una oportunidad única. No va a haber otra", reconoce el navegante bilbaíno José Luis Ugarte, que, a punto de cumplir 76 años, partirá el 12 de octubre a dar la vuelta al mundo. Viejo lobo de mar, marino mercante y navegante solitario, curtido en las peripecias de tres vueltas al mundo, Ugarte parte esta vez como capitán de una tripulación de 18 marinos en la nao Victoria, réplica del barco con el que Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo en el siglo XVI.

"El propósito es reproducir las condiciones de aquel viaje, contando a bordo con unos científicos que reseñarán todas las incidencias del viaje para conocer cómo un puñado de hombres dieron la vuelta al mundo hace cinco siglos de la mano de Magallanes y Elcano", explicó Ugarte ayer en Bilbao en la presentación de la expedición.

La nao se encuentra en Sevilla, de donde saldrá hacia Sanlúcar de Barrameda surcando el Guadalquivir. El día 13 iniciará la singladura hacia Japón, "con los vientos alisios a favor", ya que forma parte del programa de actividades de España para la Exposición Universal de Aichi en 2005.

En el país asiático permanecerá los seis meses que dura la exposición y luego regresará completando la vuelta al mundo, "con los monzones", por el mar de la China y el océano Índico. La nao Victoria, de madera, fue construida en 1992 con motivo de la Exposición Universal de Sevilla y ha sido restaurada respetando los materiales que se usaban hace 500 años. La instrumentación que se usará también es la que se utilizaba entonces, aunque el barco va provisto de motor y aparatos modernos de posicionamiento por si surge alguna contingencia en el viaje.

"La nao navega mejor de lo que parece. Cuando la vio, el Rey me dijo: 'Pero ¿con esto vais a llegar a Japón?'. Pues llegaremos. Ésta es mi convicción", asegura este veterano marino, que, a pesar de sentirse en buena forma física, confiesa que le da "yu-yu" dejar por tanto tiempo a su mujer en la casa familiar en Sopelana (Vizcaya).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de octubre de 2004