El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, se defendió ayer de las críticas lanzadas por sus dos socios en el Gobierno tripartito (ERC e ICV) y por Convergència i Unió (CiU), contrarios a que acuda al desfile militar de mañana, día de la Fiesta Nacional, en Madrid. Maragall justificó su asistencia al acto porque "esta vez no se plantea como una afirmación prepotente u ofensiva del Estado español".
A juicio de Maragall, "el hecho de que el Estado español esté en Cataluña tres días después [del 12-O] para homenajear la figura de Lluís Companys en el aniversario de su fusilamiento es un signo de que andamos en el mismo sentido". Ése fue el primero de los argumentos que esgrimió el presidente catalán para justificar su presencia en el desfile militar. Maragall sostuvo además que el diseño de la Fiesta Nacional de este año "es diferente" -ni prepotente ni ofensivo- respecto a los anteriores. Desde Esquerra, Josep Lluís Carod aseguró que Maragall "no representa al Gobierno tripartito asistiendo al desfile militar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de octubre de 2004