El consorcio eólico Guadalaviar, que quiere un trozo del pastel de los 13.000 millones de euros y las cuantiosas subvenciones al kilovatio eólico, ha proyectado seis centrales con 109 aerogeneradores en las montañas de la Zona 15 (Biar, Banyeres de Mariola, Castalla, Onil, Petrer y Sax), uno de los últimos pulmones verdes de Alicante. Industrializar las montañas de este modo tan brutal significa la destrucción y la ruina de los recursos ecológicos, agrícolas, turísticos y recreativos. La industria del viento es una industria pesada que degradará los espacios donde se instale, añadiendo nuevas formas de contaminación, y por supuesto destruyendo paisajes naturales milenarios y ecosistemas frágiles. Contra este proyecto han alegado miles de ciudadanos, asociaciones cívicas, culturales y deportivas de la Zona 15 y todos los ayuntamientos afectados. Más de 15.000 alegaciones fueron presentadas contra el timo-estudio de impacto ambiental, que carece de rigor y argumentación científica. Este proyecto es una estafa y un expolio ecológico total. Detrás de esta industrialización masiva para producir poca, cara, variable e impredecible energía, se esconden negocios como la compra de emisiones de CO2. Salvemos nuestro patrimonio natural.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de octubre de 2004