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La fiscalía de Nueva York destapa un nuevo caso de fraude financiero entre intermediarios de seguros

El fiscal general neoyorquino, Eliot Spitzer, destapó ayer un nuevo presunto caso de corrupción en el sector financiero, que esta vez afecta a las firmas de intermediarios que operan en la industria de los seguros. La acción de Spitzer pone en el punto de mira a Marsh&McLennan por favorecer con sus transacciones a varias compañías aseguradoras. En Wall Street se teme que se esté abriendo así la puerta de un fraude de la envergadura del que hace un año destapó el mismo fiscal en la lucrativa industria de los fondos de inversión.

Marsh&McLennan es el principal intermediario de seguros del mundo. Las víctimas de este fraude son grandes corporaciones, colegios o instituciones municipales que fueron desviadas hacia compañías aseguradoras sin que necesariamente fueran la mejor opción para sus necesidades. A cambio, la firma recibía comisiones especiales que se elevaron a 800 millones de dólares sólo en 2003. Para Spitzer, se trata de una clara "manipulación del mercado de los seguros" y una violación de los "principios éticos". Un esquema que recuerda a la trama que se levantó en los fondos de inversión.

El fiscal anunció que en breve presentará cargos civiles o criminales contra los implicados en esta supuesta trama de corrupción financiera, en la que aparecen señaladas las aseguradoras American International Group (AIG), ACE, Munich American Risk, The Hartford Y Chubb. Los títulos de Marsh&McLennan (involucrada en el escándalo de los fondos de inversión) cayeron un 8,3% en una hora, minutos después de conocerse la acción legal. Mientras, los de AIG (acusada recientemente de trucar sus resultados) perdían a media sesión un 3,2% y más de un 2% los de Hartford.

Spitzer lanzó su investigación en el sector de los seguros en primavera y se teme que ésta sea la punta del iceberg. Entonces se puso en contacto con distintas firmas de corretaje y compañías aseguradoras para conocer sus prácticas, ante la sospecha de que estuvieran violando las reglas contra el fraude y no publicaran las comisiones que recibían por su operaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de octubre de 2004