El actual sistema de pensiones se dirige a graves problemas de sustentamiento económico, a causa de la famosa inversión de la pirámide demográfica. Cada año que pasa, los bancos de los parques y paseos se ven más repletos de personas mayores y muchas de ellas con caras tristes y aburridas porque se sienten cada día menos necesarios. Muchas de estas personas tienen experiencia, capacidad y muchas ganas de hacer algún tipo de trabajo para sentirse vivos y todavía útiles para algo.
Si se quiere evitar el colapso del sistema de la Seguridad Social para nuestros hijos y nietos, hay que empezar a tomar medidas ahora, y uno de los caminos es aprovechar la colaboración voluntaria de las personas mayores que pueden y quieren retrasar su jubilación. Si un trabajador retrasa su jubilación, la Seguridad Social pagará por menos tiempo su pensión y así conseguirá un buen ahorro. Una buena parte de este ahorro se puede utilizar como premio o incentivo para el trabajador que decide retrasar su jubilación. De este modo todos salen ganando: la financiación de la SS y el trabajador que voluntariamente retrasa su jubilación. Cerrar la puerta en la cara a estas personas es injusto y poco inteligente. Lo único que se consigue es un mayor número de caras tristes y aburridas de personas sentadas en los bancos del parque. ¡La "jubilación forzada" no es un buen camino!
Sobre la base de este principio, y después de tres largos años de batallas parlamentarias en Italia, se ha llegado finalmente a concretar un cambio plasmado en la ley de reforma de las pensiones que empieza a ser operativa a partir de este mes de octubre.
Espero que en España no haga falta perder tres años para llegar a la misma conclusión. Pero un influyente político ha propuesto otra medida alternativa para "mejorar" el sistema y ayudar a las personas mayores: "aumentar el número de bancos para que se puedan sentar más cómodamente".
Espero que los "agentes sociales" y el nuevo Gobierno sepan encontrar una medida algo más inteligente para solucionar este problema.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de octubre de 2004