El Instituto Catalán del Suelo (Incasol) demolió ayer la última nave que quedaba en pie en la finca rústica de las afueras de Alcarràs (Segrià) que durante los últimos veranos ha sido utilizada como campamento improvisado por centenares de inmigrantes, la mayoría subsaharianos y sin papeles, que llegaban a esta población con la esperanza de encontrar trabajo en la campaña de recolección de la fruta de la zona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de octubre de 2004