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CARTAS AL DIRECTOR

Explicar o condenar

En su carta publicada el sábado 16 sobre mi artículo Octubre del 34: las dos memorias, Javier Tusell dice que he escrito lo contrario de lo que yo escribí: MB "plantea la legitimidad de la sublevación de octubre de 1934". Yo afirmaba: "La insurrección de 1934 agudizó las tensiones que precipitaron la crisis del régimen, (...) no hizo bien alguno a la democracia republicana; todo lo contrario". El lector verá. Otra cosa es considerar que era razonable la preocupación de los socialistas ante un Gil-Robles que se parecía a Dollfuss y un Dollfuss que en sus propias palabras era el Führer de Austria, en contra de lo escrito por Tusell sobre el tema en su artículo El despropósito. De ahí que plantearan, y pésimamente, la insurrección preventiva. Tampoco es cierta otra afirmación suya en la carta sobre "el contexto europeo del momento, que valía para todos". Los palos dados por Hitler y por Dollfuss iban en una sola dirección.

En los días que corren, eludir la ponderación en el análisis sobre estos temas tiene un efecto indeseable, que con toda seguridad Javier Tusell rechaza tanto como yo: favorecer las versiones demagógicas, tan gratas a nuestra extrema derecha política, que se sirven de octubre del 34 para absolver a los golpistas de julio de 1936.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de octubre de 2004