En relación a la contestación de Javier Tusell a Marta Bizcarrondo en Cartas al Director del 16 de octubre pasado, debo manifestar mi profundo malestar y desacuerdo con las últimas consideraciones gratuitas que hace el primero sobre Francisco Largo Caballero, cuando además, aparentemente, no tienen relación directa con la polémica suscitada entre ambos
Largo Caballero no decía "insensateces y menos las cometía"; simplemente defendía los intereses de su clase. La vida personal y política de un hombre que fue secretario general de la UGT durante 20 años, ministro de Trabajo, presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra, en un contexto de guerra civil,
no se puede descalificar de esa manera burda, abusiva y simplista. Una descalificación que además alcanza a los muchos que representaba Francisco Largo Caballero, como manifestó Rodolfo Llopis rindiéndole homenaje con motivo de su muerte: "El proletariado español ha perdido al hombre más representativo de su clase".
Descalificación, en todo caso, impropia de un historiador al que se le considera de prestigio. Desde luego, me parece un atropello que no viene a cuento, sin que ello signifique desconocer las dificultades por las que atravesó nuestro líder obrero e incluso sus posibles errores en el ejercicio de su responsabilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de octubre de 2004