Con cara de circunstancias, David Albelda fue franco cuando un periodista de Canal + le arrimó el micrófono en cuanto acabó el partido. "Ha sido un palo muy duro. Estos equipos son muy grandes; con dos despistes te sentencian el partido". Y continuó: "Se han llevado todos los balones. Ahora mismo no somos lo que queremos ser. Una semana para olvidar".
La tercera derrota del Valencia esta temporada, y la segunda consecutiva en Mestalla precisamente tras el traspiés sufrido el pasado domingo en la Liga ante el Sevilla, se produjo en medio de un clima de desconfianza y máxima expectación ante las prestaciones de un grupo cuya célebre solidez defensiva era puesta a prueba por un equipo en plena forma, el Inter.
En el plazo de cuatro días, se ha resquebrajado la excelente relación que el Valencia mantenía con el estadio de Mestalla, su campo. Hacía 11 años que al Valencia no le metían cinco goles en casa. Entonces, el Nápoles, curiosamente entrenado entonces por Ranieri le endosó cinco tantos en la Copa de la UEFA.
"Hay que estar tranquilos y seguir trabajando", afirmó ayer el técnico del Valencia, Claudio Ranieri, quien explicó sobre la derrota: "Al principio de la temporada teníamos jugadores que desbordaban y nos hacían ganar partidos, como Vicente. Ahora, sin él, somos más previsibles. Hace mucho daño por el costado".
Sobre la clasificación en la Liga de Campeones, dijo: "Yo sabía que el Werder Bremen iba a ganarle al Anderlecht. Ahora hay que ir a Milán a ganar. Nos lo vamos a jugar todo con el Bremen". Ranieri acabó elogiando a Adriano. "Yo lo pedí cuando entrenaba al Chelsea. Es un fuera de serie".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de octubre de 2004