Si, como apuntan los investigadores, los atentados del 7 de noviembre contra instalaciones hoteleras en la península del Sinaí (Egipto) son obra de grupos vinculados a Al Qaeda; la nebulosa inspirada por Osama Bin Laden ha logrado aproximarse, con el ataque terrorista de Taba, a un centenar de metros de la frontera de Israel. Además, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Moshe Yaalon, ha asegurado que recientemente se han abortado intentos de penetración de terroristas de Al Qaeda en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Pese a ello, fuentes oficiales del Gobierno aseguran no sentirse especialmente preocupados por esta amenaza: "Siempre estamos en alerta. ¿Qué cosas nuevas podemos hacer?".
El director del Centro de Estudios Estratégicos Jaffee, Shai Feldman, destaca que "la guerra de Irak ha supuesto una grave distracción en la lucha contra el terrorismo global. Este país es ahora un espacio adecuado para la guerra santa islámica, que ha ayudado a la recuperación de Al Qaeda. La presencia de Estados Unidos en Irak exige más y más recursos que podrían haberse empleado en la lucha contra el terrorismo". No obstante, ni ese eventual reforzamiento de Al Qaeda ni los intentos de infiltración en los territorios ocupados parecen ser un quebradero de cabeza para el Ejecutivo de Sharon. Están mucho más pendientes de las organizaciones integristas palestinas.
"La lucha de Al Qaeda y los palestinos es muy diferente. No veo que pueda haber una relación muy estrecha entre ellos, aunque sí es verdad que el terrorismo de Al Qaeda anima a otros a hacer algo parecido. Sí hay mucha más relación de los grupos terroristas palestinos con Hezbolá", señala un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores.
De ahí que los analistas del centro Jaffee sean bastante críticos con la posición israelí en relación a Siria. "Un tratado de paz con Damasco relajaría el contexto de continua tensión con Irán. No creo que de nuestra parte se estén considerando la serie de consecuencias que tendría un tratado de paz con Siria". Sobre todo porque Hezbolá, a la que el Ejecutivo de Sharon acusa de apoyar a los grupos palestinos, afrontaría nuevas dificultades."Israel no ha aprovechado la apertura de Siria para reanudar las negociaciones de paz, perdiendo así una oportunidad para cosechar considerables beneficios estratégicos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de octubre de 2004