El presidente interino, Hamid Karzai, se encaminaba ayer hacia una clara victoria en las elecciones presidenciales del pasado 9 de octubre en Afganistán, cuando se habían escrutado poco más de la mitad de los votos. Los resultados preliminares de los comicios indican que los afganos continúan divididos por su origen étnico.
Con el 50,7% de los votos escrutados, Karzai contaba con el 59% de los sufragios, más que suficiente para convertirse en el primer presidente elegido democráticamente de Afganistán sin necesidad de celebrar una segunda vuelta.
Los primeros datos del recuento muestran que Karzai ha logrado buenos resultados en las áreas de mayoría pastún, etnia mayoritaria en Afganistán a la que pertenece el presidente interino, mientras que en las zonas dominadas por otras etnias, tayikos o hazaras, los resultados son peores. Yunnus Qanuni, un tayiko y antiguo aliado del presidente, se encuentra en segundo lugar del recuento con un 17% de los sufragios.
En las zonas pastunes, Karzai ha alcanzado el 90% de los votos, pero en el valle del Panshir, en las afueras de Kabul y una de las plazas fuertes de la Alianza del Norte dominada por los tayikos, ha conseguido apenas 367 votos de un total de 48.000 escrutados. Estas diferencias regionales pueden aumentar las dificultades de Karzai para dominar todas las regiones del país y recortar el poder de los señores de la guerra.
Miembros de la comisión de Naciones Unidas que se encarga del recuento de votos señalaron que no anunciarán un ganador hasta que no haya terminado totalmente el escrutinio y cuando un panel de expertos independiente haya examinado todas las alegaciones de fraude.
Crisis entre los talibanes
Mientras tanto, fuentes militares estadounidenses indicaron que los talibanes estaban sufriendo problemas internos y que algunos comandantes rebeldes de las milicias radicales, que siguen muy activas en el sur y el este del país, estaban perdiendo su fe en su líder, el mulá Omar, que no ha llegado a ser capturado por EE UU. "Ha habido unos desacuerdos muy serios entre el mulá Omar y algunos comandantes, que no están de acuerdo con la estrategia que debe seguirse después de las elecciones", señaló el comandante Scott Nelson, portavoz de las fuerzas de EE UU. "Hay una clara desmoralización de los talibanes después de que no hayan logrado impedir el desarrollo del proceso electoral", agregó.
Nelson insistió en que la campaña de las milicias, con algunos ataques esporádicos, no logró disuadir a los afganos de acudir a las urnas y que dos tercios de los 12 millones de ciudadanos ejercieron su derecho.
"Esto es sólo propaganda", replicó un portavoz talibán localizado por teléfono desde Kabul. "Nuestra guerra santa va a continuar", dijo el portavoz, quien señaló que no se habían producido ataques durante el proceso electoral para no provocar víctimas entre civiles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de octubre de 2004