Parece que la culpa de todos los males de nuestra juventud la tiene la escuela.
Por eso las autoridades educativas la recargan con múltiples funciones educativas: cognitivas, motrices, afectiva-sociales, en valores, morales y cívicas, etcétera...
Pero, ¿quiénes son los primeros responsables de la educación de los niños? ¿No son sus padres?
Si la escuela es la solución a todos los problemas, por favor... ¡que todos los padres (y madres) estudien Magisterio!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de octubre de 2004