La salinidad de las aguas de L'Albufera impide que más de cien pequeños agricultores del Perelló puedan regar sus hortalizas desde el pasado día 14. La cosecha de cerca de 400 hanegadas de hortalizas orientales que cultivan en régimen de cooperativa, mediante pequeñas explotaciones familiares, depende de que los niveles de sal del agua de riego descienda por debajo de los tres gramos por litro.
La zona afectada va desde l'Illa del Perelló, junto al lago de la Plana, hasta el Perellonet, y forma una estrecha franja de pequeños invernaderos. El conductímetro de Josep Bono, técnico de la Cooperativa Unión Protectora, seguía detectando ayer niveles muy altos en la zona de El Carreró (14,85 microsiemens) o en l'Illa (13,35). Las muestras se toman en siete puntos. Las lecturas del pasado lunes eran superiores. Regar cuando los niveles están por encima de 5 microsiemens (tres gramos de sal por litro de agua) significa la muerte de los cultivos. Bono recuerda que esta circunstancia se repite cada año en estas fechas porque a primeros de septiembre se secan los arrozales para la cosecha y el agua no vuelve a entrar hasta octubre. Ello facilita la intrusión de agua del mar. Los puntos de toma de agua para el riego de estos campos son los primeros afectados. La suelta de aguas, iniciada el pasado día 7, para inundar los arrozales que ahora se transforman en coto de caza, todavía no ha cumplido su otra función de defensa frente al salobre marino.
José Pascual Fortea, presidente de la Comunidad de Regantes de Sueca, explica que "un mínimo descenso por debajo de la cota cero en L'Albufera facilita esta intromisión del agua del mar", al tiempo que pide a la Confederación del Júcar, que hoy enviará a sus técnicos, que considere como caudal ecológico el agua suficiente para que "no se repita este problema". Jordi Sanjaime, secretario comarcal de la Unió de Llauradors y agricultor del Mareny de Barraquetes, arremete contra la CHJ y dice que "todo ese ahorro de agua que pretenden hacer para transferir a grandes explotaciones agrícolas del sur lo está pagando ya negativamente la pequeña agricultura familiar de L'Albufera".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de octubre de 2004