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Gràcia amplía a todo el territorio del distrito la prohibición de abrir nuevos bares de noche y discotecas

El concejal Martínez recela de la 'zona verde' de aparcamiento y lamenta que no le consultaran

Ni en el centro de Gràcia ni en la periferia. En una firme apuesta por la prevención de futuros conflictos derivados de la masiva afluencia a los locales de ocio, el distrito barcelonés de Gràcia ampliará la política de no conceder nuevas licencias de bares de noche y discotecas del centro de la vila a todo el territorio. Así lo prevé el Plan de Usos que llegará al Pleno del Distrito de finales de noviembre y al Plenario del Ayuntamiento en enero de 2005.

El objetivo es atajar "el exceso de oferta e impedir que sea el mercado el que marque la convivencia en el distrito", además de prevenir la "huida de locales a la parte norte", en palabras del concejal, Ricard Martínez.

El distrito ya decidió el pasado mes de marzo no conceder nuevas licencias a ningún tipo de local de pública concurrencia -una catalogación que incluye desde cines hasta discotecas, pasando por bares de día o noche, terrazas o ludotecas- dentro del núcleo antiguo, donde ya existen 800. Ahora, lo que fue una moratoria de un año se convierte en definitivo y pasa a afectar también a la zona norte, los barrios que quedan por encima de la Travessera de Dalt y que sólo cuentan con un centenar de locales.

En estos 11 barrios del distrito, sin embargo, sí se concederán licencias para abrir bares, cafeterías o restaurantes que funcionen en horario de día. "En algunos de estos barrios incluso hacen falta locales para comer o tomar una cerveza a media tarde", aseveró Martínez en referencia a áreas como el entorno del parque Güell, Vallcarca, La Salut, El Coll o Sant Josep de la Muntanya.

Junto con el nuevo Plan de Usos se renovará la normativa que afecta a las terrazas "para que como elemento de ocio pueda convivir con los vecinos". En el caso de las terrazas ubicadas en plazas del distrito, la normativa obligará a los locales a que sus mesas, sillas y sombrillas tengan "un diseño unificado". El criterio estético -todas las sillas de plástico o todas de madera, por ejemplo-, lo decidirá una comisión formada por técnicos de Urbanismo y de Paisaje Urbano, explicó el concejal.

Por otra parte, Ricard Martínez, que pertenece a ERC, se mostró ayer reticente hacia "la letra pequeña" del plan de creación de una zona verde de aparcamiento del gobierno municipal, del que su propio partido forma parte junto al PSC e ICV. El concejal recordó que Gràcia es el único distrito de la ciudad que ha redactado un plan propio de movilidad. "Nadie nos ha consultado y nos hubiera gustado contribuir", "No discutimos el euro a la semana, sino el quién es considerado residente o el dónde", dijo. "Estamos a favor de la reducción de la presencia del vehículo pero filosóficamente creemos que deben ser los ciudadanos de fuera y no los de la ciudad quienes asuman el coste", añadió.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de octubre de 2004