Francisco Camps, presidente de la Generalitat, hizo gala ayer de su tono más optimista y rechazó la mención de la palabra crisis en la breve alocución con la que inauguró una jornada que congregó en Paterna a representantes de las patronales de 16 sectores económicos. Camps aseguró en su discurso que se va a "negar a utilizar palabras malditas que provoquen sensación de inquietud e incertidumbre porque en una economía abierta y competitiva como la nuestra hay palabras que no se deben utilizar".
Los 16 representantes patronales congregados, procedentes desde el sector textil al agroalimentario, reclamaron, por su parte flexibilidad laboral; programas específicos de formación profesional para la población inmigrante, incluso en varios idiomas; o un exhaustivo control de los productos procedentes ajenos a la Unión Europea para verificar si cumplen todas las normativas comunitarias.
La jornada organizada por la Consejería de Empresa bajo el lema Retos de la empresa valenciana fue muy bien recibida por los representantes patronales. "Es la primera vez que la Administración nos invita a todos a sentarnos y a reflexionar de forma conjunta", comentó un portavoz empresarial.
Cada sector desgranó sus puntos fuertes y débiles en la sesión mientras los responsables políticos presentes tomaban nota del detalle de las intervenciones. La disparidad entre las necesidades del sector de distribución alimentaria y el de construcción, por ejemplo, convirtieron la reunión en una especie de tormenta que no permitió extraer conclusiones concretas.
Los responsables de la Consejería de Empresa aseguraron que la jornada celebrada ayer abre la vía hacia una serie de encuentros futuros con los responsables de cada sector. Todas las iniciativas planteadas por la Consejería de Empresa, de hecho, apuntan al tratamiento personalizado de la situación de cada industrial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de octubre de 2004