El olmo inglés (Ulmus procera) sólo es inglés desde hace 2.000 años. Los romanos, estimulados por el ingeniero agrónomo Columella, que defendía el uso de este árbol como soporte óptimo para las vides, llevaron una sola muestra de olmo de Italia a España, y de ahí a Reino Unido. Aquel arbolito es el ancestro de los cientos de millones de olmos ingleses que pueblan hoy las islas británicas. Son las conclusiones de un trabajo genético e histórico que presentan hoy en Nature Luis Gil y sus colaboradores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de Madrid.
Este tipo de olmo no forma semillas, pero se reproduce vegetativamente (sin sexo) de manera muy eficaz. Ello, unido a que los agricultores lo plantaban para mejorar la eficacia de sus viñedos, ha convertido a la población británica de olmos en un verdadero y gigantesco clon de aquella muestra romana.
Las consecuencias de esa pérdida de diversidad natural han sido nefastas. En los años setenta, la "enfermedad holandesa" que afectó a los olmos de toda Europa causó la muerte de más de 25 millones de olmos en el Reino Unido. La variedad italiana de donde se clonó el olmo inglés es especialmente susceptible a esa enfermedad. Este hecho "debería tenerse en cuenta para las actuales estrategias de cultivo y conservación de los olmos en Europa", subrayan los autores.
La pista del ADN
Los investigadores, que intervienen en un proyecto de la UE para analizar y preservar la diversidad de los olmos, han utilizado las técnicas de la biología evolutiva (comparaciones de ADN) para dibujar la genealogía de estos árboles en Europa. Los resultados han revelado que gran parte de los olmos del Reino Unido y España son un enorme clon. En Italia hay mucha más variedad, y los árboles que más se parecen al clon angloespañol son los de la región del Lacio.
Columella tenía allí tres de sus cuatro fincas (la cuarta estaba en Jerez). En su libro De re rustica, publicado en el año 50 después de Cristo, este ingeniero romano defendía esa variedad de olmo como soporte para la vid. La idea de Columella fue tan influyente que el emperador Domiciano tuvo que regular su uso en el año 92.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de octubre de 2004