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La policía busca en Bolivia a dos supuestos asesinos de un colombiano

El grupo X de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía ha cursado una orden internacional para detener a los dos supuestos autores materiales del asesinato del ciudadano colombiano Abel Consuegra Arroyo, de 32 años. Éste se produjo el pasado 5 de junio en el polígono industrial La Cantueña, de Fuenlabrada, cuando la víctima recibió varias cuchilladas en una pierna, una de las cuales le afectó en la femoral y se desangró.

Según informó ayer el jefe de la sección de Homicidios, Aurelio de la Fuente, el asesinato se debió a un ajuste de cuentas. La víctima había participado la noche del crimen en una compra-venta de 400 gramos de cocaína en una zona comercial de Alcorcón. Sin embargo, el negocio se torció. Los compradores tiraron de pistola y se apoderaron del estupefaciente.

Los vendedores pensaron que Abel Consuegra y su compinche, José Milton R. C., de 20 años, les habían tendido una encerrona. De ahí que decidieran llevarles por la fuerza y bajo amenazas hasta el polígono industrial de Fuenlabrada, una zona frecuentada por prostitutas. Allí les sometieron a una dura agresión, en la que llegaron a emplear un arma blanca. "La mala fortuna hizo que una puñalada le alcanzara la femoral y la víctima muriera desangrada, pese a que pidió ayuda a los vigilantes de una empresa cercana. Cuando llegaron las asistencias sanitarias, la víctima había muerto", señaló de la Fuente.

Los agentes de Homicidios averiguaron después que la víctima llevaba documentación falsa a nombre de un súbdito venezolano. Lo debió de conseguir, según la policía, en agosto de 2003 cuando quebranto el cumplimiento de condena por no regresar al centro penitenciario Victoria Kent.

Los investigadores creen que los dos supuestos homicidas han regresado a su país (Bolivia). Este extremo ha sido confirmado por las autoridades bolivianas. Los agentes madrileños han recuperado un coche Renault Clío que presuntamente utilizaron los autores del crimen y en cuyo interior se han hallado manchas de sangre perteneciente al fallecido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de octubre de 2004