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Un plan ejemplar

Extremadura había perdido el tren de la revolución industrial en el siglo XIX. Pero el Gobierno autónomo se resistía a quedar atrás en la revolución del conocimiento del XXI. En 1998 se lo jugó todo a una carta con un plan global de sociedad de la información basado en la accesibilidad, la alfabetización tecnológica y la creación de empresas. El motor principal era el Linux, el sistema operativo de código abierto, que se puede copiar, distribuir y reescribir libremente porque sus instrucciones están a la disposición de cualquiera a través de Internet. Lo adaptaron a sus objetivos y le llamaron Linex.

Antes, debían resolver el primer obstáculo: el acceso a las tecnologías. En 1999 empezaron a desplegar una red de banda ancha regional. Hoy llega a todos los colegios, hospitales, centros de salud y edificios de la Administración. El siguiente paso era resolver la alfabetización informática. Y apostaron por el futuro: los niños. Cinco años después, el mundo vio con asombro cómo una de las regiones más desfavorecidas de Europa se colocaba a la cabeza mundial de ordenadores en la escuela. Y ahora Andalucía, Valencia y Brasil le siguen los pasos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de octubre de 2004