Durante la cruzada que Inocencio III mandó contra la herejía cristiana cátara en Occitania y ante la imposibilidad de distinguir a unos cristianos católicos de otros supuestos herejes, se oyó pronunciar esta fórmula: "Matadlos a todos, que Dios ya escogerá a los suyos".
Esto debe pensar Bush cuando, intentado matar terroristas con bombardeos de "precisión", lleva en su haber "como mínimo 100.000 personas muertas, en su mayoría mujeres y niños, gracias a la utilización del poderío aéreo en zonas civiles".
No lo dice un izquierdista ni un liberal ni un antiamericano; lo dicen los expertos del sistema público de salud de EE UU en el prestigioso periodico médico The Lancet.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de octubre de 2004