"La idea principal del proyecto consiste en exponer la evidente similitud entre el comportamiento social de los seres humanos y de los lobos para formarnos una idea de la vida jerárquica y social tan exitosa de una manada de lobos. Esta exitosa cohabitación de la manada se puede extrapolar al funcionamiento de una empresa, donde se dan luchas por el poder, se aúnan esfuerzos para lograr un buen negocio y se dan casos de empleados sumisos de los que todo el mundo se aprovecha", explica Weigend, que sentencia que si en una manada se dan "lobos malos" la culpa no es de ellos, sino de la ineptitud del lobo alfa, el jefe, para manejar la manada.
"Sólo un ser vivo pudo superar al lobo en su capacidad de adaptación y subsistencia: el hombre", señala Weigend para reforzar su tesis de que ninguna especie animal es tan "compatible" con el hombre en su comportamiento como lo es el lobo y su alter ego domesticado, el perro. "Por eso, de su observación se pueden extraer conocimientos aplicables a las relaciones humanas", añade.
Weigend afirma que el fin último del seminario es que los ejecutivos interioricen el "pensamiento en manada", esto es, que sepan realizarse como individuos dentro del grupo/empresa y que aprendan a aprovechar las habilidades/posibilidades que les brinda su pertenencia a un grupo. "Es importante también que aprendan a aceptar y respetar la inmensa importancia de los demás miembros de la manada, en provecho suyo y para el bien del grupo", afirma.
Pero Weigend no sólo dedica su tiempo a los seminarios con lobos. Las 40 hectáreas del Lobo Park dan para mucho más. A las visitas guiadas para escolares y grupos particulares que ya realiza se sumará en breve la apertura de un Museo del Lobo, su proyecto más ambicioso y que, por el momento, se encuentra parado a la espera de las pertinentes licencias de obras. "Será un centro de estudio del lobo, de su historia, de su evolución hasta el perro doméstico", apunta Weigend.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de noviembre de 2004