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CARTAS AL DIRECTOR

Sobre 'Matrimonio y homosexualidad' II

La gran inteligencia de Rafael Termes, de la R. A. de Ciencias Morales y Políticas, patente en su artículo del 27 de octubre, hace tanto más inexcusable una ignorancia u ocultación de los hechos, ni moral ni, desde luego, científica.

Que los antiguos griegos recurrieran a ideas preconcebidas para definir lo que era o no contra natura (parà phúsin) no justifica que veinticinco siglos después sigamos ignorando que la etología ya ha establecido más allá de toda duda que el comportamiento homosexual con todas sus variantes (promiscuo o monógamo, transitorio o vitalicio, con mimetismo del sexo contrario o en ausencia absoluta de éste, orientado al placer o a la creación de vínculos útiles al grupo, incluido, por supuesto, el cuidado en pareja de crías propias o no) existe en la naturaleza en prácticamente todas las especies animales y siempre de manera más rica conforme avanzamos en la escala evolutiva hasta los primates. Bruce Bagemihil cimenta su monumental Biological exuberance (1999) con más de mil estudios como bibliografía. El título, por tanto, y la mitad del artículo de Termes, que se apoya principalmente en un prejuicio arcaico, resultan desprovistos de fundamento. Lo que es por naturaleza puede ser en derecho.

Centrándonos en los humanos, los supuestos datos antropológicos "que se retrotraen a más de 5.000 años" y la ingenua afirmación de que "jamás, en ninguna cultura, se ha considerado matrimonio la unión entre personas del mismo sexo" reflejan acaso el íntimo deseo del autor, pero no la realidad de los hechos. Parece, para empezar, poco honesto mencionar a Platón y ocultar que una de sus obras más leídas es El banquete, dedicada a ensalzar el amor (físico) entre varones como más perfecto; así como hablar de antropología e historia y desconocer que nuestra cultura se fundamenta en una civilización, la griega, que tenía en el amor viril (físico) una de sus más importantes instituciones.

En cuanto al matrimonio en concreto, uno ya no sabe si es ignorancia u ocultación negar el hecho de que nupcias entre varones se han celebrado siempre en muchas culturas, antiguas y contemporáneas no cristianizadas, y, desde luego, en la propia Roma, como puede comprobar cualquiera que lea a Marcial.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de noviembre de 2004